miércoles, 4 de abril de 2012

La revolución heladera viene del Sur: Rapa Nui


Días complicados, movidos, movilizantes, el estrés fue el compañero constante, el helado su constante remedio. Ayer, luego de rendir un examen difícil, muy difícil, caminamos por la calle, tomando una, cambiando por otra, volviendo atrás para no caminar de más. De repente, me agarra hambre, solo había comido una tarta en todo el día y eran las 18.40.

Paso por una pastelería que tiene mucha pinta, me tiento pero recuerdo que no me gustan mucho las facturas, sigo caminando esperando encontrar algo que me tiente. Y como esas cosas que pasan en las películas románticas nos chocamos con un local nuevo, grande y lindo, un poco “barilochense”, un poco porteño. Veo a un chico sirviendo helados-caigo en que es una heladería-, vea el aspecto de la heladería y me digo: no puede ser muy malo, nuevamente, me auto persuado, es el remedio para mi hambre, mi mal humor, mi dolor de cabeza y todo.

Laura me desasna y me dice que Rapa Nui, nombre del local, es una casa de chocolates famosa en el sur, sino una de las más importantes. Qué felicidad pienso, aunque sabía que chocolate negro no iba a pedir.

Tengo dos señoras mayores pidiendo cuartos para llevar, no se ponen de acuerdo cuál era el gusto que disfrutaba la hija de una de ellas. Tardan una eternidad. En general no apuro a las personas que piden helado porque no me gusta que lo hagan conmigo. Pero mi cabeza empieza decir algo, mi cabeza piensa: mi sobrino está esperando que lo vayamos a buscar al cumpleaños. No puedo tardar tanto! Se van con su helado y empieza la deliberación robusta con Lau sobre los gustos que íbamos a pedir. Dos de ellos son titulares, dos decidimos probar para no molestar demasiado.

La atención del chico que no tarda dos minutos en decir que él también es de Bariloche, voz a la que se suma la cajera que está a pocos metros diciendo: “acá todos somos de Bariloche”. No sé si es verdad, no sé si es que la empresa, por ser de esa zona, los obliga a ponerse la camiseta local, en fin, simplemente sonrío.

El listado de sabores es impresionante. Tiene variedad, con nombres extraños pero bien explicados en la pizarra. Hay cinco o seis variedades de dulce de leche que tientan, más de chocolates, otros tantos de frutas del sur, cremas para todos los gustos.

Pedimos dulce de leche casero con leche de cabra. El heladero, como buen informante, nos dice: es suave, eh! Más suave que los comunes. Igual lo pedimos.

Pedimos chocolate blanco Rapanui, que contiene pedacitos de crocante de chocolate negro, otros blancos y dulce de frambuesa casera. Probamos el tiramisú, probamos Raspberry.

Nos vamos caminando, probamos el chocolate blanco. No tardamos en decir, “no puede ser más rico”. Lejos el mejor que probé a la fecha, es impresionante, es manteca, es dulzura, el leche, es placer en estado puro.

El dulce de leche con leche de cabra, es tal como nos adelantó, es suave, cremoso en su justa medida pero pasa desapercibido junto a los otros dos gustos que lo invaden. Laura, muy acertada me dice: es parecido al dulce de leche de Duo, la heladería que probamos por la avenida Santa Fé. Claro, le digo, es que tiene gusto al dulce de leche de heladería antigua. Igual lo recomiendo, eh! No vayan a creer que no!

El tercer gusto el Raspberry, es increíble, es fuerte, es colorido, es violeta-mi color feminista – preferido. Es intenso, es refrescante.

El cuarto no es caro, comparado con los precios de hoy en día, $ 24 pesos de puro sabor, pura felicidad empaquetada.

Una recomendación, si van a pedir un cuarto para tomar caminando, pidan unas cucharitas de repuesto, lo hice ni bien la agarré, su fragilidad amenazaba mi felicidad, estuvo a punto de romperse.

Contacto: http://www.chocolatesrapanui.com.ar/

1 comentario:

  1. Podemos concluir que las heladerías patagónicas pisan fuerte?????
    El helado ayer nos enseño que hay momentos amargos y dulces, pero siempre juntos!!!!!!

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