lunes, 6 de abril de 2015

Olleros y libertador, prejuicio

La sorpresa y el prejuicio....
Sì, soy prejuicioso en muchos casos, y juicioso en tantos otros. Una heladería que por su estética y su nombre me oponía a degustar es Angolo. Esquina de sabores, dice su cartel y queda en Olleros y Libertador.
Siempre pasaba y me decía, no, no seguí caminando y andá a Jauja o Freddo. No sé que tenia ese lugar pero no podía entrar.
Hoy, por esas cosas de las contradicciones, por ir a lugares duros de pisar, donde recuerda viejos momentos, necesitaba comer helado si o si. Me dejaron, luego de una charla con una gran amiga, en esa esquina y entré. Entré donde nunca había entrado y como la vida misma, sorpresa. Pedí un vaso mediano, de pasta. Me dí cuenta que no pido de galletita. No me gusta. Pedí dulce de leche normal, no granizado y chocolate blanco.
Sobre el helado, una cosa que me llamó la atención es que estaba super frio. Sí, más de lo normal, me congelaba al comerlo y las manos al sostenerlo.
El chocolate blanco, sin duda el mejor que comí en mucho tiempo. Perfecto. Con pedacitos del manjar mantecoso.
El dulce de leche lo avancé con esa expectativa y no la cumplió. Era rico pero no tanto como el anterior.
Así que de pisar lugares que no se piensan, de probar, de insistir con las ideas pero dejarse lugar para la contradicción.

http://www.angolo.com.ar/

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