viernes, 15 de febrero de 2013

Cuarto Post: Salta y el final

Llegamos a Salta tan solo por un día, a pasar la tarde, a comprar los regalos para la oficina y salir al otro día para Buenos Aires. Es conclusión de este blog que a dios lo creo el hombre y que su producto y nombre es Google. Así, ingresé a las santas escrituras desde mi teléfono móvil y busqué la mejor heladería de Salta. Los resultados fueron dos, Rosmari y Fili. Almorzaba Tamales y empanadas, le pregunté al mozo sobre cuál es la mejor. Me dijo que Rosmari. Me indicó el camino.
Nos fuimos a dormir una siesta, el calor no aceptaba a los transeúntes. A la tarde, fuimos a Rosmari.
El local se nota que se ubica en una capital. Es grande, lujoso. Muy parecido a los que muestran las calles de Buenos Aires. Entró, aire acondicionado abrazador. Pido un cuarto de mango, crema salteña (Cayote y nuez) y blanco Rosmari.
Todos los helados eran muy dulces, no sabrosos, artificiales. No lo quería terminar, pero lo hice. Recordaba a Miranda. Recordaba los sabores excelentes. Recordaba que hace 11 días no estaba en nuestra casa. Recordaba que el helado me sirve para escribir sin pensar. Para lanzar palabras al viento y que terminen en una pantalla con fondo negro y motivos de helado.
Buenos Aires nos espera....

pd. fotos, próximamente.

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