domingo, 5 de febrero de 2012

Helado y Galpón orgánico


Ayer fue un clásico día progre. Una caricatura, podría ser. Fuimos en bici con Lau a buscar a Hayley, quien a su vez nos esperaba con la propia. De ahí encaramos para el mercado de productos orgánicos de Chacarita. Aquel galpón que se ubica justo detrás de la vía, al lado de la estación del Urquiza. Antes de entrar, uno se encuentra con pedazos de tierras alquiladas a cualquier persona que lo solicité para plantar verduras sin agroquímicos.

Al entrar y ante la sed, producto de la suma del día caluroso y el ejercicio, nos sentamos a tomar algo. Un juego de naranja fue la elección. Al sentarme veo frente a mií, un cartel, un hermoso cartel. Helados Cumelen anuncia que los helados naturales dan fuerza a la vida o algo así. El asunto es que en mi quedo esa idea. Sin embargo, la desilusión no tardó en aparecer pues aún no habían abierto y yo quería que sea mi desayuno dado que no sabía a qué hora me iba a ir de ese predio.

Mientras tomábamos el juego, Hayley nos explicó el sistema de compra. Empezamos…

Como era de esperar probé todo lo que me ofrecían, todo. Empanadas de cebolla a las 10.30, milanesas de lentejas a las 10.35, pan de cebolla, ajo y aceitunas a las 11.00, pan con aceita de oliva a las 11.05. Decididamente mi desayuno no fue el helado sino una mezcla de productos orgánicos.

Como era de esperar me quería comprar todo aquello que probaba. Así fue, compramos de todo, especialmente verduras que prometían saber a verduras y no se mostraban perfectas como las que consumimos todos los días.

Cuando terminé de dar la vuelta, me encontré con la heladería abierta. Me dirigí e invité a mis dos compañeras un helado. Me habían recomendado la crema patagónica, así que por ella fui. Obviamente le agregué dulce de leche. En este caso con merengues.

Antes de empezar a pedir, le pregunté a la heladera si eran orgánicos y qué significaban. La respuesta es no, no son orgánicos pues el helado necesita de productos para que duren. Igual lo pedí, aunque no entendí porque estaban en el mercado de productos que únicamente son de esa especie.

La crema patagónica se compone de americana, canela y semillas de sésamo tostadas. Impresionante el sabor, único. Se siente la canela, no como un polvillo que sabe a canela sino a Canela de verdad, las semillas se meten entre los dientes, se menean en la boca. La sensación de felicidad es completa. Un sabor exquisito, logrado, no invasivo.

El dulce de leche con merengues, es un poco dulce, empalagoso a penas, pero su sabor es sincero. Tiene gusto a dulce de leche de verdad, no a crema sumada a dulce de leche. Rico, no de los mejores pero si sabroso. Los merengues son pequeños por lo tanto uno no come más merengue que helado. Recomendable

Los demás gustos que probé de los helados de L y H, fueron la sandía y el melón.

La sandía es refrescante, como la fruta de la cual se realiza. Tiene un gusto suave pero logrado lo que quiere decir o me deja interpretar que no tiene aditivos, tal como afirman.

El melón, mejor que la fruta anterior.

En fin, salida recomendable. Las frutas tienen sabor a fruta. Las verduras son sabrosísimas. El tomate cherry, es una explosión de sabor.

El helado no se quedó atrás!

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