jueves, 18 de abril de 2013

El halado en mi vida. Dos años y una retrospectiva

Dos años. El blog comenzó hace dos años.  En el primer post conté que mi amor por el helado seguro se remontaba a mi compañerismo con mi abuela, i abuelo y tía. Que esos jueves de la vida infante eran felices, instantes cotidianos, rutinarios que marcaron y marcarán el espacio virtual en este caso y corporal a lo largo de mis casi treinta y tres años.
Luego, el blog fue participe de mis antes y después de análisis. De esos espacios que son valorados y necesarios para mi. Hoy puedo contar, y esto merece que coma un kilo de helado, que mi analista me dijo que no podremos hacer terapia vía skype. Yo le contesté que no podía vivir sin ese espacio. Qué cómo iba a hacer! me enojé con el mundo. Herramientas y espacios que son necesarios. Me dijeron, en clave heladil, que a partir de ahora y por dos años sería diabetico y que no podré comer helado.
Luego, el blog recogió mis fanatismos, mis diferentes y extremos. Conoció a mis amigos, familiares, hijos de ellos. Mis viajes, mi casa, mi familia. Nuestros proyectos. Mis temores, mi neurosis y mi amor constante por el helado. A Laura, mi compañera.
A partir de ahora, algunas cosas del blog cambiarán. Tendremos comentaristas viajeros que se han propuesto y yo escribiré a partir de julio desde NYC!
Como todo proceso de un neurótico como el que escribe estará acompañando por la melancolía, por tres meses de despidida y por dos años de añoranza.
El Helado, bendito helado, compañero y amo de mi escritura.

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