Primer post sin helado. Se trata de gente comiendo helado y
observada por mi.
Camino por la calle en una semana extraña. Café con amiga
donde me río mucho y charlo de la vida misma, del año pasado, de los anteriores
y del actual. La gran Gisela, en todo su esplendor.
Me deja en nueve de julio y con el talón dolorido, donde me
apoyo duele, al mejor estilo Woody, empiezo el paseo hasta encontrarme a tomar
algo con Mariano.
Pocas cuadras después veo 4 gringas comiendo helado en la
puerta de Freddo. Se ríen y hablan. Algunas tienen cuartos en sus manos, otra
un vaso bañado. Registro una nota mental: si yo fuera de vacaciones a
Argentina, pensaría que es un mundo perfecto. Los mejores helados. Vuelvo a
caminar....
Sigo y recuerdo que en julio me voy, que pronto seré ese
extranjero en tierras prestadas. Que el helado argentino será un placer
melancólico. Que Cones y su dulce de leche será mi lugar en el mundo en NYC.
Que por dos años no tendré los cafés espontáneos como los
del día de la fecha, que extrañaré la complejidad de mi vida, las
contradicciones y las angustias, que mi trabajo, recuerdo que son sólo dos
años, respiro, que es un sueño, recuerdo un poco las cosas que me sacan el
sueño, me pongo triste, voy a extrañar, el helado.
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