No empezaré por el principio, tampoco por el final sino por
el medio de las vacaciones y los helados. Será el post más corto pero no por
ello menos sentido. Si te gusta el helado y queres que sobrevivan las
heladerías artesanales DECILE QUE NO a GRIDO.
Como pasa en Cafayate y en otros lados, se implanta en una
ciudad con sus helados de plástico
y sus precios de plastilina y rompe la dinámica heladero-consumidor.
No lo probé ni lo voy a probar, sus vidrieras me demuestran
lo que venden.
¡¡Viva el helado artesanal!!
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