El helado, como saben, es uno más de mis vicios. Puedo
hablar de helados por horas, me puedo zambullir en una discusión platónica en
la que difícilmente pueda ceder. Lo hago más cuando hablo de derecho o
política.
Voy en el colectivo, atorado el transito, y recibo un
mensaje donde me dicen que estuvieron hablando de helado con un amigo y
recordaron mi nombre. La semana pasada, la semana del helado recibí cataratas
de mails donde me advertían de ello, fotos de amigos tomando helado o de sus
hijos e hijas entran a mi casilla. Le cruzo con alguien en una clase o evento
académico y me hablan de ello, lo mismo en cumpleaños. Todos me cuentan que
probaron heladerías, que en su barrio, que un gusto, que vaya o que no vaya.
A todas y todos les digo, no dejen de hacerlo, me divierte
mucho ser ice cream man! Mi nuevo apodo, que saluda así:
Good ice
cream day for you!
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