miércoles, 27 de marzo de 2013

Todo es culpa del Diván

Días movidos, movilizantes, de recuentos, de encuentros, de despedidas, de descuento, de esperanzas, días, días que pasan y se quedan esperando, días que pasan y dejan marcas que no serán de nacimiento pero dejan huellas. Días de sueño y sueños, de despertar y pensar. Todo es culpa del diván.
Ayer, una reunión a la que se suponía que vaya con los tapones de punta, donde tenía la posibilidad de expresar mi descontento con el macrismo y su política social. No lo hice, me encontré en la misma posición que hace un año, tratando de conversar. Me fui riendo con Albertina, otro personaje. Ella esperaba que le diera el lugar para pegar, yo sin darme cuenta respondí sin ese espacio. Armonía, la que no encuentra mi pié.
El colectivo me llevo para la zona de análisis, esperaba llegar al analista y pensar en mi tendinitis, en mis nervios, en mi dolor de estómago, en mi gastritis, en fin, pensar en mi neurosis.
Le pregunto al colectivero si va por Las Heras, me dice que va por Santa Fé. Le digo, no importa, llevame. Pienso que bajaré en Agüero y caminaré hasta Plums, agarraré mi libro que se llama  "La Muerte del Padre" de Karl Ove Knausgård (muy bueno y pesado).  Plan perfecto. Esperar con libro y helado para ingresar a análisis. Pasa la hora y entro. Me acuesto y todo comienza. Todo es culpa del diván, que las palabras salgan de mi boca, que las esperanzas se hagan carne, que los temores sean el acompañamiento. Que y miles de que. Salir caminando por la calle y pensar en cosas que me cuesta decir, en cosas que me hacen feliz.  Cosas, más cosas, todo culpa del diván. 

lunes, 25 de marzo de 2013

La pretensión hecha local y helado. Masse

 Día de corridas, de llegan a Nuñez para el cumple de Anita, de miles de personas que hacían el mismo recorrido para ver a Messi. Llegue y al poco tiempo hice el recorrido contrario. Subte y auto de Pame para que nos lleve al recital de Andy. Mariano nos esperaba ahí. Los cuatro veríamos la presentación del disco y luego a tomar algo a la Modelo, bar típico de La Plata.
El recital estuvo interesante. Andy, el primo de lau y ahora mi primo (claro!), arriba del escenario la rompe, es seductor, te interpela y tiene una puesta en escena muy buena. Salimos, luego de camparis y gins para la modelo. Milanesa napolitana con puré, pedí. Para compartir. Los demás, pescado, ensalada y papa rejilla. La milanesa se depositó en el la mesa sin pedir permiso, pensé que no la terminaríamos, que con Pame no lograríamos ver el fondo de la fuente clásica de metal. Pedí cerveza, cosa que últimamente no hago y arranqué. No podía parar, sentía que me hablaba, que necesitaba volver a atacarla, cortaba pedacitos chiquitos y los llevaba a mi plato. Así con puntos suspensivos....en el medio escuché el clásico, disfruta y luego no te quejes. Lau, me interpelaba. No lo logré, disfruté y me quejé. El dolor de panza, el para qué me atraqué, para qué como tanto si después me siento mal. Pedí que vayamos a una heladería, hay miles en la ciudad de la diagonales. Una que no conociera. Necesitaba bajar la comida, sentía que el colesterol explotaba en mi cuerpo.
Decidimos ir a la Boulangerie que pusieron nueva, aquella que vende helados, también. Entramos y pedimos. Un vaso mediano, solicité. Muy buena onda de la persona que me servía porque le dije que quería probar y me daba sin problemas.
Pedí dulce de leche granizado y frutos del bosque. Sobre los gustos solo puedo decir que dejé el helado por completo. Lo probé y me dije, es malísimo.
No vayan, menos teniendo Plums, Thionis y otras que aún no probé tan cerca.

Contacto: http://www.masseweb.com.ar/

jueves, 21 de marzo de 2013

Heladería Florencia y mis contradicciones

 Me levantó, me duele el pié, puteo por tener un esguince sin hacer deporte, un esguince que de alguna manera está reflejando mi locura, mi ansiedad. Ansío que sean las 6 de la tarde para ir a análisis. Temo confundir el horario nuevamente, el martes una hora tarde, cara de nada cuando me doy cuenta, me pregunto, qué me pasó, me pregunto. Nuevo horario. El día de análisis, el nuevo día, me levanto de mal humor, no quiero ir a trabajar, pienso que lo único que quiero en el día es ser catador de helados, ni abogado, ni aplicante de doctorado, ni compañero de trabajo, ni jefe, quiero comer helado y caminar por la calle, mirando a mis alrededores. Pienso en mis contradicciones, pienso que ayer comenté que nunca quiero comer galletitas, que no es una tentación para mí, bajo al kiosko y me compro unas sonrisas.
Llega el horario del almuerzo, dejo que todos se vayan a comer y vuelvan. Salgo a caminar, a buscar sandiwhitos de miga, no consigo o, sinceramente, ni busco. Me siento en el bar el británico en silencio, solo, pido un árabe de jamón y queso y un café doble. Miro por la ventana, melancólico, neurótico, veo la heladería que siempre encuentro cerrada con las persianas altas, pienso que no debería porque el almuerzo había sido abundante y no tenía espacio para el helado. Nuevamente, cruzo la calle y compro. Otra contradicción más. Pido un vaso chico, me corrijo, pido uno mediano. Pido dulce de leche granizado, pido probar ricota con miel, le digo al vendedor entrado en años que es rico, me contesta que sí (me divierte su respuesta, me rio por dentro), pido frutilla al agua. Me voy caminando, pruebo la fruta y me digo, que quien me había recomendado esa heladería estuvo oportuno, sigo caminando por la calle y sigo con el dulce de leche granizado. Pienso que es un manjar. Pienso en que voy a extrañar el dulce de leche. Sigo caminando por la calle y tiro la cuchara, cosa que nunca hago, me obligo a comer el vaso, cosa que nunca hago, porque el vaso tenía casi todo el dulce servido. Como todo el helado, vuelvo al trabajo de mejor humor. Veo gente que vale la pena laburando contenta, me pongo contento. El día mejora. Yo sigo queriendo ser heladero.

Contacto: Heladería Florencia, Esquina de Parque Lezama

lunes, 18 de marzo de 2013

Lado Bueno. No tan pero bueno


Una cena postergada, encuentro divertido, repleto de vino, de buena pasta, de charlas, promesa de invitar el helado, propuesta de probar todos juntos una heladería que me había recomendado y que no había ido con el propósito de catar, no en mi carácter de sommelier. El lado Bueno.
La cena comenzó con charlas sobre NYC-tema obvio por estos días en términos individuales- pero más obvios en términos colectivos. Dos de los otros tres comensales vivieron en NYC por muchos años haciendo un doctorado. Igual, debo decir, que el tema no fue el único ni el más importante sino la higiene- o la falta de tal de algunos/as-, y por sobre todo el Gran Hermano de Juan. Sus historias de iras, su auto, su velero. Risas a borbotones, historias que no se pueden creer si no fuera que hay dos protagonistas que la confirman.
Luego de la comida y pedir un kilo y tres cuartos, divididos en ocho gustos, se abren los potes y como siempre, me corresponde servir. Antes, sin duda, pruebo todos. Luego, sirvo y yo como de los potes. Double Dip, al mejor estilo George Constanza. Le digo a Juan, me entiende. Compartimos Seinfeld.
Discutimos sobre los indicadores del helado, mejor dicho sobre cuál es el gusto que debe servir como medida de comparación. Algunos dicen Sambayón, yo les contesto que el INDEC no puede medir por caviar sino con un gusto colectivo. Dulce de Leche es masivo, uno lo puede recomendar y el resto lo probará. El sambayón es complicado hacer, dicen, por eso solo los buenos helados lo consiguen. Dulce de Leche, es el gusto argentino, por eso, debe ser el indicador.
Igual, teníamos los dos gustos, así que cada uno hizo lo suyo. El dulce de leche, era de lo más flojo de los ocho gustos que pedimos. Tanto el granizado como el normal. El sambayón, no soy catador, pero no era malo, según los expertos, no era el mejor.
El mascapone no estaba mal, buenos frutos rojos. Buena crema. La frambuesa frutal, buena, y fresca. El melón, bueno, gusto fidedigno de la fruta. La tarta de manzana, pedida a última hora y con un grito a la vendedora, fue sin duda el mejor. El mouse de limón, normal.
Esta heladería es famosa, tanto en Colegiales como en Villa del Parque, muchas personas me la recomendaron. Está bien, no es para tirar helado al techo e ir buscándolo con la boca abierta.

Contacto:  http://www.heladosladobueno.com.ar/ 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Viene Voyeurista el asunto



Primer post sin helado. Se trata de gente comiendo helado y observada por mi.
Camino por la calle en una semana extraña. Café con amiga donde me río mucho y charlo de la vida misma, del año pasado, de los anteriores y del actual. La gran Gisela, en todo su esplendor.
Me deja en nueve de julio y con el talón dolorido, donde me apoyo duele, al mejor estilo Woody, empiezo el paseo hasta encontrarme a tomar algo con Mariano.
Pocas cuadras después veo 4 gringas comiendo helado en la puerta de Freddo. Se ríen y hablan. Algunas tienen cuartos en sus manos, otra un vaso bañado. Registro una nota mental: si yo fuera de vacaciones a Argentina, pensaría que es un mundo perfecto. Los mejores helados. Vuelvo a caminar....
Sigo y recuerdo que en julio me voy, que pronto seré ese extranjero en tierras prestadas. Que el helado argentino será un placer melancólico. Que Cones y su dulce de leche será mi lugar en el mundo en NYC.
Que por dos años no tendré los cafés espontáneos como los del día de la fecha, que extrañaré la complejidad de mi vida, las contradicciones y las angustias, que mi trabajo, recuerdo que son sólo dos años, respiro, que es un sueño, recuerdo un poco las cosas que me sacan el sueño, me pongo triste, voy a extrañar, el helado.

viernes, 8 de marzo de 2013

Manuel y el helado



Manu, el Gran Manu, el hermoso manu, el simpático, el pica pica, el inquieto, el nene al que voy a la casa especialmente para jugar con el, la rutina bañarlo mientras charlamos con el padre. La madre me ofrece comida cada dos segundos, a la que siempre digo que no pero luego como por no decir más que no.
Manu, el primer varoncito, el que ahora va a tener un primo con el que jugar, con el que ir a Don Zoilo a comer asado con la mano y robarles comida a sus amigos. En fin como lo hacen sus padres!
Acá, Manu comiendo helado!